Estos textos legislativos protegen a los consumidores de prácticas comerciales desleales y engañosas por parte de las empresas.
En primer lugar, la Ley de competencia desleal dota de protección frente a prácticas empresariales que intentan engañar a consumidores de forma deshonesta, incluyendo aquellas prácticas que confunden al consumidor o que son agresivas en la captación de cliente. Prohíbe conductas como la publicidad engañosa, que es cuando te presentan información falsa o incompleta sobre un producto o servicio. También actúa contra la publicidad comparativa desleal, cuando una empresa critica injustamente a su competencia, o las promociones que buscan confundirte, como imitar la imagen de otra marca para que creas que están relacionadas.
En cuanto a la normativa de publicidad, esta regula la publicidad en España, con el objetivo de evitar prácticas engañosas o que puedan inducir a error al consumidor. Como directrices generales, la publicidad debe ser veraz, clara y comprobable. Mediante esta normativa, se asegura que la publicidad sea honesta, identificable y no perjudique los derechos de los receptores. Esta normativa prohíbe la publicidad subliminal (aquella que influye en consumidores sin percibirlo), la publicidad que incite a conductas peligrosas o discriminatorias, y la que atente contra la dignidad de las personas. También regula la publicidad dirigida a colectivos vulnerables, como los menores de edad, para que sea especialmente cuidadosa en estos ámbitos.